Plataforma "Salvemos El Palmar"

Desde hace un tiempo las costas de Vejer andan revueltas. Y es que un proyecto hotelero, aprobado hace unos cinco años pero paralizado por la falta de liquidez de los promotores, ha vuelto a renacer. Es el proyecto hotelero previsto en la zona de El Palmar de Vejer, un tramo de costa muy mediático de la costa de Cádiz.

La playa de El Palmar se encuentra junto a la playa de Castilnovo (Conil), es ésta última  un frente de playa sin construir, con una profundidad de más de 1 kilómetro, dedicado a usos agrarios. La playa de El Palmar, por el contrario, se corresponde con una playa cuya franja trasera está colmatada de edificaciones, la mayoría ilegales, dando lugar a un urbanismo completamente desordenado y que poco mantiene del paisaje idílico que debía tener hace varias décadas.

El Palmar es sin duda un interesante laboratorio de gestión costera: protegido desde el año 1986 por el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la provincia de Cádiz, ha visto como crecían las edificaciones ilegales, como la zona de servidumbre de protección del dominio público marítimo terrestre era ocupado por bares y restaurantes, muchos de ellos construidos contraviniendo la Ley de Costas y como sus cordones dunares eran ocupados por los vehículos de los usuarios veraniegos de esta playa, que es además uno de los mayores paraísos del surf en el sur de España.

En los últimos años, sin embargo, el deterioro de El Palmar de Vejer parece haber encontrado algo de freno:

y es que a la labor de la Consejería de Medio Ambiente frenando la proliferación de edificaciones en la zona de servidumbre de protección e incluso procediendo al derribo de varias edificaciones construidas de forma ilegal, se han unido el ayuntamiento con la prohibición de instalación de chiringuitos (por decisión del gobierno local) y la Demarcación de Costas en Andalucía Atlántico, que ha procedido a la regeneración de la playa y la restauración del cordón dunar y que tiene previsto la eliminación de la carretera que discurre paralela a la propia playa.

Pero sin duda, el proyecto más ambicioso ha sido el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de El Palmar, con el que se trató de poner freno al caos urbanístico de la zona, creando infraestructuras y equipamientos públicos, pero que por otra parte da carta de viabilidad a las miles de viviendas ilegales existentes en la zona.

Junto a todo esto, al construcción de dos hoteles, que de acuerdo a la modificación puntual aprobada en su momento se ubicarán a más de  1 kilómetro de la playa, parece sin duda un mal menor. No quiero decir con ello que esté a favor de la urbanización del litoral, ni mucho menos, pues creo que el poco espacio libre que queda en nuestras costas debe ser preservado como un bien muy preciado.

Pero si que me parece sorprendente que surja en facebook una plataforma para salvar El Palmar que reúna ya a más de 30.000 admiradores y que se movilice únicamente en contra de los dos hoteles y no diga nada de las miles de viviendas ilegales que allí existen. Y es que parece que las viviendas construidas de manera ilegal en nuestras costas son vistas de mejor manera que los hoteles y más increíble me parece el que en más de una y dos ocasiones los que se manifiestan en contra de los hoteles sean los propietarios de las viviendas ilegales.

Por ello, creo que una plataforma como "Salvemos El Palmar" debería ampliar su ámbito de actuación a todas las actuaciones desarrolladas en este frente costero y a las que puedan venir. Dicho esto, creo que la política costera del ayuntamiento de Vejer no está siendo muy afortunada, por cuanto pretende la       urbanización de todo su frente costero, consolidando lo ya existente el El Palmar y planteando en la aprobación inicial del PGOU la urbanización de Mangueta (tramo costero ubicado entre El Palmar y Mangueta).

Para acabar una última reflexión: el caso de El Palmar nos ha traído unos nuevos agentes a la gestión costera: los usuarios de las costas, los ciudadanos anónimos que hasta ahora tenían poco peso en la gestión costera, pero que ahora, apoyados en las redes sociales, han encontrado un instrumento para ser oídos.