Buena se está liando en Cádiz en torno a la situación de la playa "La Victoria", como consecuencia de los efectos de los temporales del invierno que nos acaba de dejar. Y todo ello como consecuencia de la pérdida de arena que esta ha tenido.Como consecuencia de ello han sido muchas las voces que se han levantado, no sólo en este municipio, solicitando que se aporte arena a las mismas antes de la Semana Santa, momento en que comienza la temporada de playas en el sur peninsular. Y es que el sol y playa sigue siendo la estrella de los productos turísticos andaluces, el motor que atrae cada año a miles de visitantes que se dejan en las costas de Andalucía millones de euros cada año.
Pero la importancia del sector turístico en Andalucía no pueden justificar algunas actuaciones que parecen, cuanto menos discutible. Una de esas acciones es la aportación de arenas de canteras a las playas. Y es que, tras años aportando arenas a las playas muchos de los nichos marinos de arena, los placeres, están casi agotados. La consecuencia es que hay que aportar arenas provenientes del continente para paliar "el problema". Desde luego no es algo nuevo, ya se ha aportado este tipo de material en diversas playas de toda la península, pero se han obviado los problemas que estos aportes pueden generar, desde el aporte de material con granulometría distinta, a la pérdida de especies como consecuencia de su enterramiento bajo bajo la capa de arena, etc.
Pero creo que de esta polémica hay que destacar varias cosas:
1º Los intereses turísticos parecen imponerse sobre los ambientales. De hecho han sido los representantes de los hosteleros y hoteleros los que han salido constantemente en prensa exigiendo la restauración de las condiciones de la playa a la situación previa a los temporales. Y curiosamente, (o no tan curiosamente) cada vez que hay una opinión contraria a las aportaciones de arena a las playas son muchas las voces que se levantan en contra.
2º No se analizan las causas de las pérdidas de arena en las playas, en una situación que se repite todos los años, por motivos bien conocidos por todos: la regulación de los cursos de agua fluviales, las infraestructuras costeras y las construcciones costeras, muchas de ellas sobre cordones dunares, que han reducido el aporte de sedimentos a la par que rompen la dinámica costera.
3º El Ministerio de Medio Ambiente, Medio rural y marino parece desaparecido bajo el temporal, pese a contar con grandes técnicos capaces de explicar de forma clara lo que ocurre en nuestras costas y como responden nuestras playas a los temporales. Sin embargo, esta desaparición no me extraña en absoluto, por cuanto desde la integración de los ministerios de Medio Ambiente y de Agricultura y Pesca, el medio ambiente parece haber desaparecido de las prioridades políticas de nuestro gobierno.
Visto esto, no me extrañaría nada que en el momento en que se trasfieran las competencias de la gestión del Dominio Público Marítimo Terrestre a la Comunidad Autónoma de Andalucía, éstas pasasen a la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, como reflejo del papel que el medio ambiente sigue jugando en nuestra sociedad. En fin nos podemos consolar con el hecho de que, reducidas las consejerías en el gobierno andaluz, la de Medio Ambiente siga manteniendo su carácter propio.
Dicho todo esto, creo que hay que recordar la capacidad de recuperación que tienen las playas y sus distintos perfiles en invierno y verano, y que deberíamos (en todo caso) prevenir más que corregir. Es decir, que analicemos el problema en toda su extensión, que veamos que ocurre en el interior de las cuencas hidrográficas, en aplicación del concepto de unidad de cuenca que se deriva de la Directiva Marco de Aguas.
Del mismo modo estaría bien que aquellos mismos representantes del sector turístico que exigen el mantenimiento impoluto de las playas se pronuncien sobre el efecto de los nuevos puertos deportivos sobre la dinámica costera y aclaren cuales son las preferencias playas o puertos, porque me temo que ambos son, en muchos casos, incompatibles.
Y una última cuestión. Sería deseable que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino nos diese varios datos claros:
Pero la importancia del sector turístico en Andalucía no pueden justificar algunas actuaciones que parecen, cuanto menos discutible. Una de esas acciones es la aportación de arenas de canteras a las playas. Y es que, tras años aportando arenas a las playas muchos de los nichos marinos de arena, los placeres, están casi agotados. La consecuencia es que hay que aportar arenas provenientes del continente para paliar "el problema". Desde luego no es algo nuevo, ya se ha aportado este tipo de material en diversas playas de toda la península, pero se han obviado los problemas que estos aportes pueden generar, desde el aporte de material con granulometría distinta, a la pérdida de especies como consecuencia de su enterramiento bajo bajo la capa de arena, etc.
Pero creo que de esta polémica hay que destacar varias cosas:
1º Los intereses turísticos parecen imponerse sobre los ambientales. De hecho han sido los representantes de los hosteleros y hoteleros los que han salido constantemente en prensa exigiendo la restauración de las condiciones de la playa a la situación previa a los temporales. Y curiosamente, (o no tan curiosamente) cada vez que hay una opinión contraria a las aportaciones de arena a las playas son muchas las voces que se levantan en contra.
2º No se analizan las causas de las pérdidas de arena en las playas, en una situación que se repite todos los años, por motivos bien conocidos por todos: la regulación de los cursos de agua fluviales, las infraestructuras costeras y las construcciones costeras, muchas de ellas sobre cordones dunares, que han reducido el aporte de sedimentos a la par que rompen la dinámica costera.
3º El Ministerio de Medio Ambiente, Medio rural y marino parece desaparecido bajo el temporal, pese a contar con grandes técnicos capaces de explicar de forma clara lo que ocurre en nuestras costas y como responden nuestras playas a los temporales. Sin embargo, esta desaparición no me extraña en absoluto, por cuanto desde la integración de los ministerios de Medio Ambiente y de Agricultura y Pesca, el medio ambiente parece haber desaparecido de las prioridades políticas de nuestro gobierno.
Visto esto, no me extrañaría nada que en el momento en que se trasfieran las competencias de la gestión del Dominio Público Marítimo Terrestre a la Comunidad Autónoma de Andalucía, éstas pasasen a la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, como reflejo del papel que el medio ambiente sigue jugando en nuestra sociedad. En fin nos podemos consolar con el hecho de que, reducidas las consejerías en el gobierno andaluz, la de Medio Ambiente siga manteniendo su carácter propio.
Dicho todo esto, creo que hay que recordar la capacidad de recuperación que tienen las playas y sus distintos perfiles en invierno y verano, y que deberíamos (en todo caso) prevenir más que corregir. Es decir, que analicemos el problema en toda su extensión, que veamos que ocurre en el interior de las cuencas hidrográficas, en aplicación del concepto de unidad de cuenca que se deriva de la Directiva Marco de Aguas.
Del mismo modo estaría bien que aquellos mismos representantes del sector turístico que exigen el mantenimiento impoluto de las playas se pronuncien sobre el efecto de los nuevos puertos deportivos sobre la dinámica costera y aclaren cuales son las preferencias playas o puertos, porque me temo que ambos son, en muchos casos, incompatibles.
Y una última cuestión. Sería deseable que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino nos diese varios datos claros:
- ¿Cuanto arena se ha vertido anualmente en nuestro litoral?¿de dónde procede?
- ¿Cuantas veces se ha tenido que repetir esa operación en cada playa?
- ¿Cuantos kilómetros de playas están en proceso de regresión?
- ¿Cuanto dinero se invierte anualmente en la adecuación de nuestras playas?
- ¿Qué estudios ambientales acompañas a estas operaciones de aportaciones de arena?
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