1 de mayo de 2010

Vertido en el Golfo de México



El estado de Florida acaba de declarar el estado de emergencia ante el avance de la mancha de petróleo hacia las costas. Y es que como sabemos la explosión de una plataforma petrolífera de British Petroleum (BP) en el Golfo de México puede provocar (está provocando) una de las mayores tragedias ambientales de Estados Unidos.




La magnitud de la catástrofe está fuera de toda duda, son ya más de una semana de lucha contra el vertido y aún así la fuerza de los hechos se sigue imponiendo y la detención del avance del crudo se hace muy complicada.

Ciertamente ahora hablaremos de accidente, de una situación inevitable, de algo impredecible, pero ciertamente las cosas no son exactamente así. De hecho no es el primer accidente de este tipo que se produce, por cuanto en noviembre del año 2009 vimos como ardían dos plataformas en el Mar de Timor, por tanto hay un riesgo cierto de que estos hechos ocurran.

De hecho, Estados Unidos rápidamente ha activado su plan de contingencia para hacer frente a este tipo de situaciones, sin embargo la gravedad de la situación, con un segundo escape detectado y un avance muy rápido esta dando lugar a la puesta en marcha de medidas muy espectaculares, como la quema del crudo en el mar.




Y todo ello en un momento en el que el gobierno Obama estaba apoyando la expansión de las perforaciones petrolíferas hacia aguas más profundas, unas medidas que seguramente quedarán en suspenso como consecuencia de este desastre, una posibilidad sobre la que ya se ha pronunciado el senador Bill Nelson. Ante la evidencia del desastre el propio Obama se ha pronunciado al respecto, pero de una forma un tanto tímida: "Sigo creyendo que la producción doméstica de petróleo es una parte importante de nuestra estrategia global para la seguridad energética"  no obstante ha anunciado la congelación de las perforaciones.

Pero todo esto no debe caer en el olvido, ahora, durante unas semanas hablaremos y hablaremos del vertido, pero luego, lamentablemente, dejará de ser noticia y se olvidará la tragedia, será sin duda el momento en el que se comience nuevamente a abrir nuevos pozos en el Golfo de México y dentro de poco tiempo hablaremos otra vez de la explotación petrolífera de Alaska.
This satellite image shows the oil slick in the Gulf of Mexico as it nears the Louisiana shoreline.

Y es que, aunque BP haya asumido su responsabilidad y Obama haya dejado claro que la responsabilidad es de la compañía petrolífera, no puede olvidarse que es el gobierno de Estados Unidos el que autoriza este tipo de explotaciones frente a las sensibles costas de Luossiana y en este sentido no debe mirarse a otro lado a la hora de asumir responsabilidades.

Sin embargo ahora la prioridad es sellar el pozo e intentar salvar lo que se pueda de las costas del Golfo. De momento ya ha llegado a Lousiana, pero me temo que este es sólo el principio. Las zonas costeras de la desembocadura del Misissipi se verán afectadas por el vertido en una importantísima zona de marisco y otras especies, lo que generará igualmente un enorme impacto económico.

Y es que nuestros políticos y gestores no deben olvidar que las acciones que se realizan mas adentro tienen un claro reflejo en las costas, que como todos sabemos corrientes, oleajes y mareas son elementos que se escapan al control humano y por ello deben tomar decisiones teniendo en cuenta todos los factores posibles.

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