24 de julio de 2010

Vertido de petróleo en China

Cuando aún no se han apagado las voces del vertido en el Golfo de México, donde se sigue luchando contra el vertido de la plataforma de BP, nos encontramos con una nueva catástrofe, esta vez en el Mar Amarillo (China)


El derrame ocurrió tras el incendio de dos oleoductos, cerca de la ciudad china de Dalian. Ya hay un total de 800 embarcaciones colaborando en las tareas de limpieza, que comenzaron el pasado sábado y en las que hasta ahora se ha logrado extraer del mar en torno a 460 toneladas de crudo. 

Las autoridades, sin embargo, afirman desconocer cuál puede ser la cantidad exacta de crudo derramado en las costas de Dailian, el segundo puerto receptor de petróleo más importante del país

Según publicó la prensa oficial, la contaminación afecta a una superficie de 183 kilómetros cuadrados, a pesar de los esfuerzo para cercar y contener el crudo. La televisión estatal CCTV cifró el alcance del vertido en 1.500 toneladas, aunque las autoridades chinas no quisieron confirmar la cifra. 

El subdirector de la Administración Oceánica y Pesquera de Dalian, Luan Yuxuan, explicó que los equipos de limpieza cuentan con 34 navíos especializados en la recogida de vertido, que, según datos actualizados en la tarde de ayer, lunes, ya lograron retirar 540 toneladas de petróleo de las aguas, un tercio del total de crudo estimado. Luan aseguró que los fuertes vientos y el oleaje que azotan Dalian están colaborando en la contención de la mancha.

En un principio, las autoridades manifestaron que la limpieza se terminaría en diez días, aunque Liu Fenglin, director de la oficina de prensa de la Administración Oceánica Estatal, reconoció que el plazo necesario será mayor.

La mancha ya ha llegado a las costas, aunque sigue lejos de las zonas habitadas, y los biólogos y ecologistas chinos temen que el impacto del crudo se multiplique y sus consecuencias se sufran durante años. “Es imposible limpiar totalmente el petróleo que se ha vertido. El impacto a largo plazo en el ecosistema puede durar más de una década”, apuntó Yang Ailun, miembro de Greenpeace.

“El petróleo tiene un grosor de hasta un metro en algunas áreas, lo que supone una amenaza terrible para la ecología marina”, declaró al periódico oficial Global Times Bao Jia, doctorado en Estudios Ambientales de la universidad Marítima de Dalian.

La marea negra procede del incendio que afectó a dos oleoductos propiedad del gigante estatal China National Petroleum Corp.  (CNPC) y el puerto de mercancías Xingang en Dalian, aunque no provocó daños personales. Según las primeras investigaciones, el pasado viernes se registró una explosión en un oleoducto cercano al puerto, cuyas llamas se propagaron a otra tubería que transcurre paralela a la primera y causaron al menos otras cinco pequeñas detonaciones.

El accidente se desencadenó justo después de que abandonase el recinto un petrolero con bandera liberiana y propiedad de una firma singapurense que descargó a través de los mencionados conductos un total de 300.000 toneladas de crudo. Las autoridades chinas han bloqueado el buque para investigarlo, aunque descartan que éste sea la causa directa de la marea negra.

Una aspecto no debemos dejar pasar por alto. Nuevamente el accidente no se produce en un buque sino en una instalación fija, un aspecto que comienza a hacerse habitual y es que mientras la seguridad en los barcos se ha ido reforzando, parece que hay que redoblar los esfuerzos en refinerías, pantalanes o plataformas de perforación.

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