Salinas y turismo

Interesante jornadas sobre turismo en salinas, la que ha tenido lugar en la Bahía de Cádiz, una de las zonas con más tradición salinera de España. Las jornadas desde mi punto de vista han tenido dos partes claramente diferenciadas, una primera con poca "chicha", en la que no se ha dicho nada nuevo y una segunda en la que ha tenido lugar una mesa redonda con intervención de diversos empresarios del sector salinero y turístico, de Cádiz y Huelva.

Sin lugar da dudas muy interesante ha sido la aportación llevada a cabo por la empresa "Compuertas. Parque Natural", que ha abierto el mundo de la sal al público general con actividades muy interesantes, como catas de sal o los atardeceres en las salinas, siempre buscando las sensaciones del turista. En este sentido, debe destacarse la importancia que las actividades turísticas empiezan a tener en salinas como "San Vicente", en San Fernando, con más de 12 años de experiencia a sus espaldas o incluso en salinas de interior como las de Iptuci, en Prado de Rey (salinas romanas en las que el pasado año comenzaron las actividades turísticas).

Se distinguió esta vertiente turística de la de la educación ambiental, en la que destacan dos salinas, una en Chiclana (Centro de Recursos Ambientales Coto La Isleta) y La Esperanza, en Puerto Real, gestionada por la Universidad de Cádiz, Salina S. Vicente y la cooperativa de turismo activo y educación ambiental Genatur. 

Se mostró así una realidad que, con grandes dificultades, se va abriendo paso: el cambió de la venta de un producto tradicional (la sal) a un producto complejo (flor de sal, sal virgen, turismo, restauración...) que debe marcar la pauta para la sostenibilidad económica de las pequeñas explotaciones salineras.

En conclusión, me quedo con la interacción de actividades que se dan en las salinas: aspectos económicos, atractivo turístico y un indudable valor ambiental y etnológico, que no hacen sino poner el acento en la importancia de la conservación de estas explotaciones.