21 de febrero de 2009

Parque Natural Bahía de Cádiz


En esto días en los que la ciudad de Cádiz disfruta de sus días grandes, con la celebración de los carnavales, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz también asiste a su propio carnaval. Y es que la presencia de miles de aves invernantes en este espacio le dan una coloración especial.

Y es que el Parque Natural Bahía de Cádiz es, sin lugar a dudas un espacio muy peculiar, por cuanto conviviendo con más de 400.000 habitantes y atravesado por una línea férrea, varias autovías, rodeado de polígonos industriales y con un puerto de interés general, conviven más de 10.500 hectáreas de terrenos de antiguas marismas, muchas de ellas transformadas en salinas y aprovechadas para cultivos marinos.

Pero en esas 10.500 hectareas se concentran hasta 100.000 aves no paseriformes de más de 68 especies distintas, algunas tan emblemáticas como el flamenco, la espátula, el aguila pescadora o incluso la cigüeña negra y ello junto a especies en peligro, como el charrancito o el chorlitejo.  

Y es que el Parque Natural Bahía de Cádiz, el humedal salino más importante de España, se convierte en punto de descanso para numerosas especies migradoras en su paso hacia o desde África (especialmente para aves no planeadoras). Pero otro aspecto de este espacio natural protegido debe ser destacado: la fuerte interrelación entre las actividades humanas y el medio ambiente.

La importancia del antiguo estuario del río Guadalete se basa en la existencia de salinas labradas sobre las antiguas marismas. En ellas, gracias a que el sistema de producción lleva a una gradación en la profundidad de los esteros y riendas, existen gran variedad de especies de limícolas, destacando algunas antiguas salinas sin explotar en el término municipal de Puerto Real e incluso las grandes salinas industrales de La Tapa y Santa María, en la que existen muy importantes colonias de aves, desde el cormorán grande a numerosas especies de gaviotas.

Pero este espacio natural es mucho más que aves: además del camaleón existen numerosas especies de ictiofauna, siendo lugar fundamental para la reproducción de numerosas especies de peces, que posteriormente poblarán el Golfo de Cádiz. Como consecuencia de ello, se ha desarrollado una interesante actividad acuícola.

A todo esto este Parque Natural añade un importante patrimonio histórico: casas salineras, molinos de marea (entre ellos el molino del Río Arillo, uno de los más grandes de la península Ibérica o el de S. José datado en el S. XVI), baluartes militares como la Batería de Urrutia, la de S. Genis, las defensas del puente Suazo o el Fuerte de S. Luis todos ellos parte esencial de la defensa de la isla de León durante el asedio napoleónico y por tanto parte activa en el proceso que dió lugar a la proclamación de la Constitución de Cádiz de 1812, origen de la emancipación americacana. Junto a ellos destaca la Isla del Trocadero (zona de reserva del Parque Natural), donde se ven los restos de antiguos diques de carena y la Isla de Sancti Petri, lugar sagrado desde época romana.

Así pues, este espacio, verdadero paraiso para los ornitólogos, es un claro ejemplo de que medio ambiente y actividad económica no tienen porque estar enfrentados. Así es éste un buen escenario para hacer gestión integrada: 400.000 habitantes, un espacio protegido, casi la totalidad del terreno es Dominio Público Marítimo Terrestre e importante actividad económica en lso límites del Parque Natural.

Y pese a todo, la importancia de este espacio se reconoce desde todas las instancias: Parque Natural desde 1989, con la presencia de dos Parajes Naturales: la isla del Trocadero y las marismas de Sancti Petri, el Monumento natural de la Punta del Boquerón, Lugar de Importancia Comunitaria y Humedal de Importancia Internacional en función del convenio Ramsar.

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