El documento, que incluye a Estados Unidos dentro de los firmantes, insta a Naciones Unidas a incluir la protección de los mares dentro de su estrategia global contra el cambio climático.
El documento conjunto "invita a que se consideren" los efectos del calentamiento global sobre los océanos en la conferencia de Copenhague del próximo diciembre, un encuentro clave en el que está previsto acordar un protocolo que sustituya al de Kioto, que expira en 2012.
Esta iniciativa fue adoptada durante la primera Conferencia Mundial de los Océanos, y que tiene por objetivo llamar la atención internacional para que actúe también contra los efectos del calentamiento global en los mares.
La declaración, que no es de carácter vinculante, subraya además la necesidad de fomentar la cooperación internacional política y científica en el ámbito marino, y en este sentido, recomienda a las economías avanzadas prestar ayuda técnica y financiera a los países menos desarrollados.
Durante las negociaciones previas al acuerdo, varias naciones industrializadas, entre las que destacó Estados Unidos, se opusieron a suscribir un texto en el que la ayuda fuera imperativa, lo cual constituyó uno de los mayores escollos para alcanzar el consenso.
Asimismo, la declaración de Manado subraya la importancia de actuar para "reducir la contaminación del mar y en las zonas costeras", y aconseja llevar a cabo "estrategias de desarrollo sostenible" a nivel nacional y interregional.
Además, los países que participaron en la conferencia, recalcan en el documento, la necesidad de aumentar la investigación oceanográfica y el intercambio de información científica entre países.
"Con este documento hemos demostrado nuestro compromiso de seguir trabajando juntos en la conservación de los mares y de mejorar nuestros conocimientos sobre los océanos y su relación con el cambio climático", agregó el ministro indonesio.
Por su parte, el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, consideró que hasta ahora el problema medioambiental de los océanos había estado "infravalorado" e instó a que todos los países "galvanicen y sincronicen" sus esfuerzos en la conservación de un medio de vida de cientos de millones de personas.
La declaración final, de cinco páginas, contiene numerosas referencias a la necesidad de investigar y estudiar los océanos, aspectos que han repetido los expertos en numerosas ocasiones durante las reuniones de los últimos días y que han calificado de imprescindible para buscar soluciones a los retos a los que se enfrentan los países que más dependen de la salud de los mares.
En la declaración se plantea la iniciativa de coordinar una batería de medidas para mitigar los efectos del calentamiento global, que afectan principalmente a "la Antártida, África, las islas pequeñas, los grandes deltas de Asia y África".
No obstante, el texto omite el llamamiento de algunos científicos y ecologistas de recortar drásticamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases que provoca el efecto invernadero.
Fuente: Nuestromar.com
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