8 de marzo de 2010

Emisiones de metano en el océano Ártico


Que los oceános tienen mucho que ver con el clima de nuestro planeta no es nuevo. Quizás unos de los fenómenos más conocidos son los denominados "el niño" y "la niña", pero no son los únicos, hay está la importancia de la temperatura del mar en la formación de  huracanes o la importancia de las corrientes marinas como elemento compensador de las temperaturas del planeta. 

Pues bien, esta misma semana se ha dado a conocer un estudio en el que se asegura que grandes cantidades de un poderoso gas de efecto invernadero (metano) están saliendo desde los gélidos fondos de los mares del norte de Siberia, elevando los temores del calentamiento global.

Sin embargo, no está claro si las emisiones de gas metano del Artico son nuevas o han pasado inadvertidas durante siglos, antes incluso de la Revolución Industrial del siglo XVIII, que dio lugar a un amplio uso de combustibles fósiles que provocan el cambio climático. El estudio indica que cerca de ocho millones de toneladas de metano al año, equivalentes al total anual estimado de todos los océanos del mundo, se filtra del fondo marino del norte de Rusia.

"La capa de hielo submarino está perdiendo su capacidad de ser una capa impermeable", ha dicho Natalia Shakhova, científica de la Universidad de Fairbanks, Alaska, en un comunicado.

Los expertos midieron los niveles de metano, un gas que puede ser liberado por vegetación en descomposición, en agua y aire en 5.000 lugares del Artico y Siberia Oriental entre 2003 y 2008.

Anteriormente, el fondo del mar había sido considerado una barrera impermeable para el metano, dijo Shakhova. Las concentraciones actuales de metano en el Artico son las más altas en 400.000 años.


"Es bueno que se documenten estas emisiones. Pero no se puede decir que están aumentando", ha dicho al respecto Martin Heimann, un experto en biogeoquímica del Max Planck Institute de Alemania, para quien "estas filtraciones podrían haber estado ocurriendo todo el tiempo".

El escribió en un artículo que la liberación de 8 millones de toneladas de metano al año era "insignificante" en comparación con las emisiones globales, que son de unas 440 millones de toneladas.

Para entender el fenómeno debe tenerse en cuenta que grandes sectores del suelo oceánico que se extienden a lo largo de áreas costeras fueron en realidad “permafrost”, hielo permanente, que pasó a estado líquido hace miles de años, luego del gran derretimiento de la última era del hielo.

El permafrost es suelo congelado y contiene grandes concentraciones de carbono y metano. Las aguas extremadamente frías del Ártico y su cubierta helada mantenían el permafrost submarino a temperaturas suficientemente bajas como para que el derretimiento fuera muy lento.

En los últimos años, las temperaturas de la superficie de buena parte del paisaje ártico y siberiano, particularmente en el verano boreal, han subido entre seis y 10 grados en relación a los registros normales. Esto llevó a un enorme aumento en el caudal de muchos ríos que desembocan en el mar Ártico.

La investigadora Shakhova y sus colegas creen que este incremento sustancial de aguas más cálidas en la poco profunda Plataforma de Siberia Oriental ha acelerado el derretimiento del permafrost submarino, fracturando la cobertura helada y permitiendo que el metano se filtre a la atmósfera.

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