
Los investigadores hallaron el arrecife a unos 700 metros de profundidad, y a entre 30 y 40 kilómetros de la costa a la altura de Tel Aviv, gracias a robots que sondearon el fondo marino hasta dos kilómetros de profundidad. ``Es como encontrar un oasis en medio del desierto``, insiste el académico al destacar que la parte sur del levante mediterráneo es una zona ``bastante pobre`` en recursos biológicos. Con una superficie indeterminada pero que se extiende por varios kilómetros cuadrados, el arrecife ayudará a los expertos a conocer la evolución biológica del fondo marino, porque son especies que ``se desarrollan muy lentamente`` y por tanto sirven como ``grabadora`` de su entorno.
2 comentarios:
Esta es una de esas entradas que alegran el día :) ¡Cuántas maravillas quedarán aún por descubrir en el mundo marino! Un saludo
Pues si, afortunadamente aún nos quedan cosas por descubrir. Lo malo es pensar en las que no llegaremos a conocer.
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