24 de septiembre de 2010

Curso protección patrimonio subacuático en México

INAHMéxico lleva treinta años en el camino de la protección, estudio y difusión del patrimonio cultural sumergido que yace tanto en aguas continentales como marinas, esta amplia experiencia será compartida con participantes de países de América Latina y el Caribe, con el objetivo de hacer un frente común para la salvaguarda de este legado.



El curso sobre Investigación y Gestión en Arqueología Subacuática y Marítima, organizado conjuntamente por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se desarrollará del 27 de septiembre al 8 de octubre en el Baluarte de San Francisco, en el puerto de Campeche, Campeche.





Investigadores del INAH, así como los expertos Chris Underwood de la Nautical Archaeology Society (Gran Bretaña), y Dolores Elkin, adscrita al Programa de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Argentina), abordarán a lo largo de 60 horas aspectos teóricos y prácticos relacionados con el rescate, la protección legal y material de los vestigios que se encuentran bajo las aguas de mares, ríos, lagos, cenotes y cuevas inundadas.





Pilar Luna Erreguerena, subdirectora de Arqueología Subacuática del INAH, detalló que la convocatoria se compartió a 20 países de Latinoamérica y serán cerca de 30 participantes —entre estudiantes, pasantes y graduados de arqueología y disciplinas afines— los que serán capacitados para dedicarse, a través de su especialidad, a los temas que competen al patrimonio cultural subacuático.





La intención —abundó— “es que los asistentes del curso obtengan las herramientas necesarias y se conviertan en multiplicadores de esta experiencia, de tal manera que puedan echar a andar en sus respectivos países el camino para concienciar sobre esta herencia. Su preservación en primer lugar y, en la medida de las posibilidades, su investigación”.





Entre los asistentes al curso, han confirmado los procedentes de Cuba, Chile, Colombia, Argentina, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú, Uruguay, Panamá, Nicaragua, Bolivia, República Dominicana y El Salvador.





En opinión de la arqueóloga Pilar Luna, los países latinoamericanos tienen una historia común en este ámbito. Desde épocas precolombinas, distintos pueblos hicieron de los depósitos acuíferos lugares para ofrendar a las deidades agrícolas.





Así mismo, en las aguas continentales se encuentra también patrimonio paleontológico. En México han sido ubicados restos de fauna extinta, además de esqueletos humanos de la Era de Hielo, estos hallazgos proceden principalmente de cuevas inundadas ubicadas en el estado de Quintana Roo.





Respecto a las aguas marinas, varios de los restos de pecios que recorrieron en la Colonia el tráfico transoceánico, permanecen en el fondo de los océanos Atlántico y Pacífico. “Los vestigios que yacen bajo las aguas, fuera por accidente o por naufragios, deben ser investigados a través de una disciplina como la arqueología subacuática para efectuar una investigación sistemática que permita recabar los datos in situ, estudiarlos en gabinete para su interpretación, y posteriormente difundirlos por medio de publicaciones y exposiciones”, anotó la investigadora del INAH.




Con ese fin, el curso fue dividido en los siguientes campos temáticos: Teoría en métodos y técnicas de arqueología subacuática y marítima, Buceo, Investigación en aguas continentales, Investigación documental para sitios históricos, Historia y arquitectura naval, Conservación, Legislación, así como Manejo y gestión de recursos culturales.





Respecto a estos dos últimos puntos, Pilar Luna precisó que Panamá fue el primer país de la región en ratificar en 2003 la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la UNESCO, acción a la que se han sumado buena parte de los países de América Latina, incluido México. Esto obliga a proteger dicho legado, a no negociar con los buscadores de tesoros y evitar su explotación comercial.





Otro de los componentes de la Convención es la cooperación de los países, en ese sentido, “la misión que tenemos con este curso es compartir los distintos proyectos que hemos realizado desde la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, lo mismo en las lagunas del Nevado de Toluca, en los cenotes y cuevas inundadas de la Península de Yucatán, que en las costas del Atlántico”.





México ha sido punta de lanza en términos la protección, estudio y difusión del patrimonio cultural sumergido, pero también destacan los esfuerzos en la materia de Argentina, Brasil y Uruguay.






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