19 de diciembre de 2008

Atlanterra


Se nos anuncia una nueva urbanización en el litoral de la provincia de Cádiz, en una de sus zonas más emblemáticas: Atlanterra.

Serán más de 100 nuevas hectáreas urbanizadas a la espalda de la actual Atlanterra, en lo que debería haber sido la primera línea de costa y que será sin embargo la segunda. Usos residenciales, hoteles y campo de golf justo en el límite del Parque Natural del Estrecho.

Dada la crisis de la construcción esta urbanización que se nos anuncia parece el último vagón del tren de la urbanización de la costa, pero es un vagón muy emblemático, por cuanto distará apenas unos metros de la ubicación del famoso hotel Atlanterra. Si, aquel hotel derribado por el Ministerio de Medio Ambiente en pro de la protección del Dominio Público Marítimo Terrestre.

Ahora, apenas unos años después, veremos aparecer un nuevo núcleo urbano en el término municipal de Tarifa, a más de 15 kilómetros del núcleo urbano principal. Se podrá decir que esta urbanización no presenta las mismas características que la Atlanterra que todos conocemos, pero esto no tiene gran mérito por cuanto el diseño de ese tipo de asentamientos responde a un modelo de urbanización ya pasado.

Pero, pese a todo, podemos encontrar muchos puntos en común con otro tipo de urbanizaciones litorales partiendo del consumo de espacio. Y es que no podemos olvidarnos de que este tipo de urbanizaciones exigen nuevos accesos viarios, implican una mayor presión sobre las playas colindantes, implican un aumento de consumo de agua, etc.

En los momentos en que vivimos podemos caer en el juego de justificar cualquier construcción con la excusa de que así animamos el empleo. Pues bien, desde mi punto de vista este es un peligroso argumento por cuanto estamos hipotecando nuestro litoral y con él puede que parte de nuestro futuro por favorecer unas actuaciones cuyo beneficio es tan sólo momentáneo. Y digo momentáneo por varios elementos que debemos tener en cuenta:

  1. Las edificaciones de uso residencial tan sólo dejan beneficio en el momento de la construcción, no generan empleo una vez finalizadas.

  2. Este tipo de urbanizaciones tan sólo tienen plena ocupación durante cortos períodos, coincidentes con el período estival. ¿Nadie ha pasado por Atlanterra un jueves de marzo?

  3. El mantenimiento de este tipo de urbanizaciones genera altos costes para las municipios que los acogen que si bien se benefician de los impuestos que generan deben dar servicios de luz, agua, recogida de basuras... cuyos costes a largo plazo se hace muchas veces insostenibles.

Por todo ello hay que ser muy prudentes a la hora de plantear estas actuaciones, lo cual no quiere decir que uno esté en contra del desarrollo turístico, pero debemos ver que modelo queremos. En este sentido no debemos confundir el desarrollo residencial con el hotelero, por cuanto este último si genera empleo despues de su construcción, a la par que consume mucho menos espacio.

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