23 de diciembre de 2008

Cazatesoros


El periódico El Faro Información publicó esta semana una interesante entrevista a un representante de la empresa de cazatesoros Odyssey. Esta empresa fue noticia hace unos meses en España por el supuesto expolio del buque "Cisne Negro", del que se extrajeron, con rumbo a Estados Unidos, 500.000 monedas de oro y plata valoradas en 375 millones de euros.


La entrevista se puede entender, cuanto menos como curiosa, por cuanto la empresa pese a presumir de transparencia, impide que se lleve a cabo un reportaje fotográfico durante la entrevista ¿contradicción?, que cada uno juzge.


La impresión que saco tras leer varias veces la entrevista es que desde la empresa Odyssey parece jugarse en una situación de ventaja sobre la propia Administración, mostrando la sensación de que son ellos los garantes de la conservación del patrimonio arqueológico submarino de nuestras costas. Sin embargo hay varias expresiones y comentarios que parece marcar las verdaderas intenciones de la empresa:


"El beneficio para España sería la recuperación de su patrimonio cultural subacuático antes de que desaparezca debido a causas naturales o como producto de los efectos de la gestión humana". Pero, ¿cual es el beneficio para Odyssey?¿A qué gestión humana se refieren?. Yo creo que todos podemos responder a la primera pregunta sin temor a equivocarnos, respecto a la segunda espero que no se refieran a actuaciones de expoliadores o empresas cazatesoros.


Pero con independencia de la polémica, el Odissey debe servir para recordarnos que en aguas españolas se esconden auténticos tesoros: el Estrecho de Gibraltar, la Bahía de Cádiz, la barra del Guadalquivir o la ría de Vigo, son, en este sentido, lugares de importancia internacional. Por ello, las administraciones deben hacer un auténtico esfuerzo por la preservación y puesta en valor de estos recursos.


En este sentido, es de destacar el hecho de que la Junta de Andalucía haya protegido diversas zonas del litoral con motivo de su importancia arqueológica submarina y se haya dotado del Centro de Arqueología Subacuática (CAS). Pero hay que dar un paso más estableciendo campañas arqueológicas que permitan la localización y excavación, con técnicas arqueológicas, de estos restos.


Esta claro que cualquier trabajo submarino es costoso y lento, pero no podemos arriesgarnos a que nuestro patrimonio sea objeto de expolio o se pierda como consecuencia de unos trabajos llevados a cabo sin técnicas arqueológicas. Y por supuesto, debemos andar muy prevenidos contra aquellos que se ofrecen a colaborar en estas tareas, pero eso sí, siempre ligados a embarcaciones de la Edad Moderna y poco interesados en embarcaciones de otras épocas históricas menos "mineralizadas".


Y si desde la Junta de Andalucía, o cualquier otra Administración, se desconfía de las empresas cazatesoros no nos quepa duda de que debe haber motivo para ello por cuanto, ¿a que administración no le gustaría poder excavar estos restos con poco coste para las arcas públicas?. Si hay reticencias no me cabe duda de que hay motivos para ello.

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