
Hay sitios que se convierten en especiales. En la costa de Cádiz hay uno de esos sitios, a medio camino entre Tarifa y Algeciras.
En efecto, la desembacadura del río Guadalmesí, en el Parque Natural del Estrecho es un sitio que no es fácil de olvidar pra quien lo conozca. El acceso se puede realizar por tres vías: atravesando las instalaciones militares existentes en la zona (para lo que se requiere autorización), por medio de una larga pista forestal de más de 10 kilómetros que parte de las cercanías del área recreativa del Puerto del Bujeo, en la carretera N-340, o por medio de una vía pecuaria que recorre a costa entre Tarifa y la urbanización de Punta Secreta, en Algeciras.
Una vez llegados a la desmbocadura nos encontramos con un maravilloso espectáculo: una pequeña ensenada marca el lugar en el que desemboca el Guadalmesí. Ello en una zona donde los flysh son espectáculares, adentrándose en el Mediterráneo. Desde aquí se divisan perfectamente las costas de África, mientras se contempla el paso de las embarcaciones por el Estrecho de Gibraltar.
Completando el maravilloso espectáculo una torre vigía se erige sobre la ensenada, recordando la importancia estratégica de esta zona de la costa europea, lugar de paso de diversas civilizaciones, tanto entre el Mediterráneo y el Atlántico, como entre Europa y África.
Todo esto en una costa acantilada, en la que la presencia de edificaciones es mínima, tan sólo un pequeño núcleo en Guadalmesí y alguna vivienda aislada. Pero este sitio guarda un atractivo adicional: el paso de aves migratorias. Por ello, el conjunto cuenta con un observatorio de aves desde el que ver las miles de aves que atraviesan cada año el Estrecho de Gibraltar.
Es realmente un sitio excepcional, que no ha dejado de sorprenderme en cada una de las visitas que le he hecho, ya sea con tiempo nublado o soleado, en invierno o verano, quien lo visite no quedará defraudado.
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