15 de diciembre de 2008

Surf


Mucho se habla de la gestión integrada de las zonas costeras, y siempre se hace desde una visión "institucional": administraciones, organismos públicos, asociaciones... pero muchas veces somos dados a olvidarnos de los principales usuarios de nuestras playas, los ciudadanos particulares que, de forma no organizada, usan y disfrutan de las mismas a lo largo de todo el año.


Entre todos estos un colectivo destaca sobre los demás. Los surferos son uno de esos colectivos que se relacionan directamente con las playas, haciendo de ello una forma de vida. Uno ha tenido la oportunidad de conocer de modo directo lo que este deporte significa para sus aficionados, por cuanto entre mi grupo de amigos la inmensa mayoría son (o han sido) aficionados.


El surf no es un deporte nuevo, las primeras noticias datan de la llegada de Tomas Cook a las islas Hawaii en 1778 y es tras la II Guerra Mundial cuando comienza su expansión por todo el planeta. Pero hoy el surf es mucho más que un deporte, siendo habitual ver como hasta los horarios laborales se llegan a adaptar a las previsones de olas, a las que persiguen por todas las costas.


Y es que una de las imágenes más habituales de nuestras costas es la presencia de coches cargados de tablas de surf. Pero el surf ha traspasado las puertas del deporte para convertirse en una actividad económica. Son numerosos los lugares y las playas que han alcanzado fama gracias a este deporte: Hawaii, las costas australianas o californianas o la famosa Mundaka en el País Vasco.


En torno al surf han aparecido fábricas de tablas de surf, hoteles, bares, revistas y publicaciones especializadas e incluso numerosas escuelas de surf.


Pero, además, este deporte ha dado lugar a un colectivo crítico con las actuaciones que se desarrollan en las costas, ya que cualquier mínima alteración de los fondos costeros puede alterar las condiciones de las olas, lo que ha llevado incluso a movilizaciones en contra de algunas obras costeras.


Todo ello ha generado un estilo de vida con su propia música, personalizada en los Beach Boys o películas casí de culto, como "El Gran Miércoles". Y junto a ello una aspiración casi común: la pasión por el "surfary", o lo que es lo mismo, la pasión por cargar las tablas y viajar por el mundo en busca de olas.


Con todo esto, no deberíamos olvidarnos de estos colectivos a la hora de gestionar nuestras zonas costeras, y sobre todo los usos en las playas, buscando, entre otras cosas, lograr una equilibrio entre la práctica de este deporte y los usos tradicionales de baño.

No hay comentarios:

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin