25 de diciembre de 2008

Una playa especial



Hoy es un día especial, es Navidad, y por tanto un día para dar y recibir buenas noticias. Por eso hoy no les hablaré de políticas ni leyes, ni tan siquiera de instituciones. Hoy quiero presentarles una playa única, de esas que nos trasladas a lugares exóticos como el Caribe o el Índico, y ubicada en plena Costa de la Luz.


Es una playa ubicada entre dos pequeños cabos, limítrofe con un amplio pinar, de arenas blancas y finas y aguas límpias (y eso si, algo fresquita). Una playa así sólo puede ser reflejo de una serie de circustancias que, reunidas en un mismo lugar, han permito la perfecta conservación de sus 800 m de playa:


1. La existencia de un acceso difícil, no tanto por que sea difícil encontrar la playa, sino sobre todo por carecer de acceso urbanizado, siendo necesario bajar por un sendero de arena que hace difícil trasladar los "bartulos" habituales del buen dominguero: barbacoa, sombrilla, nevera...


2. La presencia de instalaciones militares que han preservado el pinar adyacente, evitando su urbanización (de esto hablaremos otr0 día).


3. La presencia cercana de otras playas de renombre no sólo provincial, que atraen a miles de visitantes durante el verano, atraidos por sus amplios arenales y calidad de sus aguas, además de un acceso fácil.


Como consecuencia esta playa ha conseguido mantenerse como refugio para unos pocos que la conocen y se aventuran a acceder a la misma. Hay quien la conoce como la "playa del infierno" porque es un infierno acceder a ella, pero cuando estén en su arena o se bañen en sus frías y limpias aguas les parecerá más bien que están en un paraiso.


Eso si, no les diré donde está (aunque seguro que más de uno ya se imagina cual es la playa de la que les hablo). Sólo les diré que está en uno de los seis parques naturales con que cuenta la provincia de Cádiz, de los que cuatro son litorales: Doñana, Bahía de Cádiz, Breña y Marismas del Barbate y Estrecho.

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