27 de enero de 2009

Turbidez del Guadalquivir


Cuando surgió la Directiva Marco de Agua una de sus principales novedades era la consideración de toda la cuenca hidrográfica como unidad de gestión, incluidas las aguas que se encuentran en su desembocadura. Esto es algo que podía dar lugar a alguna controversia, por cuanto parecen solaparse competencias de las cuencas hidrográficas con las de las Demarcaciones de Costa, pero la lógica parecía aconsejar (como venían reclamando muchos expertos) esa gestión única.

Esta necesidad de gestión única se ha visto de modo muy claro con los acontecimientos ocurridos en el río Gualaquivir durante el pasado año 2008, cuando el río tuvo unos altísimos niveles de turbidez, que afectaron a las explotaciones acuícolas de su desembocadura e incluso a la actividad turística en las playas de Sanlúcar de Barrameda y cuyo origen aún hoy parece poco claro.

Y el más claro argumento sobre la necesidad de llevar a cabo una gestión integrada lo ha dado la propia Junta de Andalucía que a través de la Consejería de Medio Ambiente ha anunciado que constituirá una Comisión Interadministrativa para gestionar de forma coordinada el estuario del Guadalquivir en la que participarán todos los sectores socioeconómicos, según  acuerdo adoptado  por la Mesa de Seguimiento encargada de analizar los episodios de turbidez y salinidad en este tramo del río.

Esta Comisión, que debe constituirse en el plazo de dos meses, estará conformada por el Estado, distintas consejerías de la Junta de Andalucía y las corporaciones locales afectadas, junto a representantes de los regantes, arroceros y empresas de acuicultura y la Autoridad Portuaria, en cuya actividad incide directamente el estado del estuario del Guadalquivir.

Esta decisión se ha tomado tras escuchar las conclusiones de los distintos grupos de expertos que han estado estudiando durante meses el comportamiento del estuario para conseguir esclarecer las causas de los episodios de turbidez y salinidad del río de los pasados meses. Concretamente, han presentado sus informes los representantes del Centro de Estudios Hidrográficos del Ministerio de Fomento (CEDEX), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de Ayesa, empresa encargada por la Agencia Andaluza del Agua para realizar la batimetría para estudiar el lecho del río.

Los miembros de las universidades de Córdoba, Granada y Cádiz han concluido que estos episodios de turbidez y salinidad se deben a fenómenos naturales que coincidieron en un espacio temporal concreto, lo que provocaron que los niveles normales de sólidos en suspensión y la salinidad subieran de forma importante y con continuidad en el tiempo.

Los expertos han aclarado que los dragados del río del Puerto no han tenido nada que ver en este comportamiento y todos los expertos coincidieron en que las obras del Metro, por sí solas, no pudieron alterar el estuario hasta los niveles alcanzados el pasado año. No obstante, Medio Ambiente se ha comprometido a denunciar todas aquellas actividades que puedan incidir en el estuario a la autoridad competente.

Para ello, utilizarán el barco que la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental puso a disposición de la Mesa de Seguimiento, de la que forman parte representantes de las Consejerías de Medio Ambiente y Agricultura y Pesca, Feragua, el Servicio Provincial de Costas de Sevilla, la Autoridad Portuaria, Arroceros, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, las Delegaciones provinciales de Medio Ambiente de Sevilla y de Cádiz, ASAJA, Asociación de Empresas de Acuicultura, Doñana, Puerto de Sevilla, UPA, Areda, la Federación de Arroceros y los ayuntamientos de Sanlúcar de Barrameda, Isla Mayor y Trebujena,  para analizar los niveles de turbidez y salinidad del río, que actualmente se han normalizado. 

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