Plan Sectorial de transporte marítimo y puertos.

El Ministerio de Fomento, a través de Puertos del Estado y la Dirección General de Marina Mercante, tramita el Plan Sectorial de transporte marítimo y puertos, el cual está siendo sometido a trámite de evaluación ambiental estratégica, con alcance temporal 2009-2013, con una proyección hasta 2023 para establecer objetivos a medio y largo plazo.

El Plan se plantea los siguientes objetivos:

• Mejorar la competitividad del sistema portuario de interés general, al objeto de captar los nuevos tráficos que puedan generarse en una economía global.
• Promocionar el transporte marítimo de corta distancia y las autopistas del mar (enmarcadas en el ámbito de la Red Transeuropea de Transportes), eliminando tráfico de las rutas terrestres y priorizando el tráfico “ro-ro”.
• Mejorar los accesos viarios y ferroviarios a los puertos.
• Desarrollar puertos secos y zonas de actividades logísticas.
• Mejorar la protección y seguridad del transporte marítimo, contemplando la implementación de sistemas de seguimientos de buques en todo el litoral español.

 

El Plan contempla la planificación por fachadas marítimas: fachada norte - atlántica, fachada sur - mediterránea y fachada extra – peninsular. Del mismo modo, en estos objetivos se insertan criterios de protección ambiental tales como la protección del medio marino,  la lucha contra la contaminación y la delimitación de zonas marítimas de Especial sensibilidad.

Por lo tanto, el Plan se plantea la construcción de nuevas infraestructuras portuarias, en el marco de las fachadas marítimas, en una opción que debe considerarse adecuada por cuanto se hace necesario analizar el efecto sinérgico y acumulativo de estas actuaciones sobre el total de la franja marítima. Igualmente hay que valorar como positivo el intento de captar parte del tráfico rodado de mercancías destinadas al mercado interior, por cuanto supone aportar por un transporte menos contaminante.

Desde el aspecto de la protección ambiental el Plan plantea la puesta en práctica del convenio MARPOL, la normativa europea y estatal en la materia y la delimitación de zonas marítimas de especial sensibilidad (ZEMES). Del mismo modo, al objeto de evaluar la incidencia ambiental del Plan se contempla:

 

1. Identificación de impactos sobre áreas protegidas, para lo que se definirán las zonas de especial importancia ambiental, identificadas a escala 1:100.000, incluyendo zonas marinas, costeras y playas.
2. Identificación de impactos sobre la biodiversidad marina, derivados tanto de las nuevas infraestructuras (en fase de construcción y explotación) y el propio tráfico marítimo.
3. Identificación de impactos sobre las playas próximas.

 

Igualmente se contempla la incidencia del Plan sobre el cambio climático, en el ámbito del compromiso de Kyoto. Para ello se tiene como objetivo captar tráfico rodado en remolque y semirremolque. Como consecuencia de todo ello se concluye que se producirán afecciones negativas sobre el medio como consecuencia de la construcción de diques de abrigo y contradiques así como afecciones positivas por el desarrollo de las autopistas del mar, indicando que la evaluación detallada se hará caso por caso.

Sin embargo hay que hacer varias consideraciones:

1º La escala elegida para hacer la valoración de la incidencia ambiental del Plan, 1:100.000 parece del todo inadecuada, por cuanto no tiene suficiente nivel de detalle para poder hacer el mínimo análisis ambiental (como quedó demostrado con la identificación de los hábitats de interés comunitario, realizada a escala 1:50.000 y que presentan numerosos errores).

2º La evaluación de las actuaciones se hará finalmente de manera individual, por lo que se perderán los beneficios que puede aportar un análisis conjunto. Lo que es lo mismo, finalmente se hace una evaluación ambiental estratégica de intenciones, no de actuaciones.

 

Por tanto la evaluación ambiental estratégica se hace sobre intenciones, más que sobre realidades. Y es difícil evaluar negativamente las intenciones, otra cosa serán las actuaciones individuales, como ya se ve en el caso del puerto de Granadillas, en Canarias.