Una proteína proveniente de las algas podría tener lo que hace falta para curar las infecciones del Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS), según una nueva investigación presentada el pasado miércoles en la 105 Conferencia Internacional de la Sociedad Torácica Norteamericana en San Diego.
Para muchos el planeta tierra debería llamarse agua, ya que ésta ocupa gran parte de este rincón del universo en el que vivimos. Este es un espacio para hablar sobre el mar y las costas, sobre todo las costas, pues en ella desarrollamos gran parte de nuestra actividad y aún hoy sigue siendo un espacio de frontera, una frontera donde millones de personas desarrollan su vida cotidiana. Por ello se hace necesaria una gestión adecuada de ellas y a esto queremos contribuir desde este espacio.
25 de mayo de 2009
Proteina de alga y Síndrome Agudo Respiratorio Severo
Los investigadores han descubierto que los ratones tratados con la proteína griffithsina (GRFT) tenían un índice de porcentaje de supervivencia del 100% tras ser expuestos al coronavirus del SARS (SARS-CoV), comparados con el 30% de porcentaje de supervivencia de los ratones no tratados.
A pesar de su dramática entrada en el dominio de las amenazas sanitarias públicas a nivel mundial en 2002, se ha avanzado muy poco desde el punto de vista terapéutico para prevenir o tratar el SARS tras la infección. Sin embargo la GRFT, una proteína lectina derivada de las algas, ofrece una nueva posible esperanza.
Se cree que la GRFT ejerce sus efectos antivirales alterando la forma de las moléculas de azúcar que se alinean en el envoltorio del virus y que le permiten atacar e invadir las células humanas apoderándose de su maquinaria reproductora para autoreplicarse. Sin esta habilidad fundamental el virus es incapaz de causar enfermedad.
“Aunque aún preliminares, estos resultados son apasionantes e indican una posible estrategia terapéutica para futuros brotes de SARS u otros coronavirales”, afirmó Christine Wohlford-Lenane, sub-investigadora jefe en el departamento de pediatría de la Universidad de Iowa y principal autora del estudio,
Los investigadores trataron ratones experimentales con GRFT o un tratamiento placebo y después les inocularon el virus del SARS, analizando la actividad antiviral del GRFT y determinando hasta dónde es capaz el virus de invadir y replicarse en los ratones dos, cuatro y diez días después de la infección.
Los estudiosos descubrieron que los ratones que no habían sido tratados con GRFT mostraban veinte veces más unidades de formación de placas del virus que los ratones tratados. También advirtieron que los pulmones de los ratones infectados sin tratar desarrollaban bronquitis necrosante extensiva y edema prominente, mientras aquéllos tratados con GRFT mostraban evidencia de un daño pulmonar significativamente menos grave.
Además, los ratones tratados con GRFT no experimentaron la drástica pérdida de peso de los ratones sin tratar, que perdieron el 35% de su masa corporal.
“Ello indica que el GRFT no sólo evitó que el virus se replicara, sino que también previno posibles efectos secundarios como la pérdida de peso, que van asociados a la infección”, dijo Wohlford-Lenane.
“Estamos planeando futuros estudios para investigar la profilaxis, frente a los tratamientos con GRFT, según el modelo de SARS con los ratones, en colaboración con Barry O’Keefe del Instituto Nacional del Cáncer”, concluyó la investigadora. “Además, queremos saber si los ratones protegidos del SARS por el GRFT desarrollan una inmunidad protectora contra futuras infecciones” .
Fuente: Aquahoy
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