La lapa ferrugínea se halla incluida, desde 1999, en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como "en peligro de extinción", en el Anejo IV de la Directiva de Hábitats como especie de interés comunitario, y como especie estrictamente protegida en el Anejo II del Convenio de Berna.
Este molusco marino estuvo muy extendido por el Mediterráneo occidental, si bien su población se ha visto fragmentada y diezmada en pocos años, localizándose actualmente sus principales poblaciones en las islas Chafarinas, y en Ceuta y Melilla.
Para lograr una eficaz recuperación de la especie, la Estrategia propone, entre otras medidas, el reforzamiento de las poblaciones en los lugares en los que escasea y la mejora del estado de conservación de su hábitat, así como el desarrollo de investigaciones básicas y el impulso de campañas de sensibilización social respecto a su problemática de conservación.
Concretamente, la Estrategia sugiere la delimitación geográfica del problema, a través del diseño de un mapa de zonas de riesgo, la elaboración de un programa de cría mediante acuicultura, y el establecimiento de medidas especiales que incluyan compromisos con los colectivos implicados. También se considera conveniente establecer programas de seguimiento y evaluación, para contrastar la eficacia de las medidas adoptadas.
Para la elaboración de esta Estrategia de conservación, la Dirección General del Medio Natural y Política Forestal del MARM impulsó la creación del Grupo de Trabajo de la Lapa ferrugínea, dentro del Comité de Flora y Fauna Silvestre, que se ha encargado de la coordinación técnica entre la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas con competencias en la gestión directa de la Lapa ferrugínea, y con los sectores sociales implicados o relacionados con la especie.
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