10 de septiembre de 2010

Oceana sitúa estaciones de medición de contaminación en el Golfo de México

La organización internacional de conservación marina Oceana ha situado una serie de estaciones de medición de la contaminación por hidrocarburos tóxicos alrededor de las instalaciones de BP Deepwater Horizon, en el Golfo de México. Este proyecto, de carácter pionero, permitirá detectar la fracción tóxica de hidrocarburos disueltos en las aguas que rodean a la plataforma accidentada. También evaluará el penacho de hidrocarburos que se dirige desde el cabezal del pozo hacia el suroeste a una profundidad de centenares de metros, detectado en junio y anunciado hace dos semanas.
El equipo de científicos que participa en la expedición dirigida por el oceanógrafo Xavier Pastor a bordo del Oceana Latitude ha invertido dos semanas en colocar y recuperar el sistema de mediciones. El proyecto ha sido diseñado por el especialista en contaminación por petróleo Dr. Jeffrey Short, que fue uno de los investigadores del gobierno de los Estados Unidos que hizo el seguimiento de los efectos del vertido del Exxon Valdez cuando formaba parte de la NOAA. También estuvo presente en Galicia para estudiar la evolución de la situación producida por la catástrofe del Prestige.
Ahora, desde su puesto de Director Científico de Oceana para el Pacífico, trabaja para evitar el desarrollo de nuevas explotaciones petrolíferas offshore en Alaska. Short explica que “ningún otro grupo ha empleado un sistema de sensores tan sensible como el de Oceana, a pesar de que el uso de dispersantes haya fragmentado las partículas de crudo hasta hacerlas invisibles. Cuando se analicen las mediciones, obtendremos datos fidedignos sobre la extensión e intensidad de la contaminación real de la zona. Creemos que este estudio será un gran paso en resolver cuestiones acerca de cuánto tiempo permanecerán los componentes tóxicos del aceite en las aguas profundas del Golfo y si sus concentraciones son lo suficientemente grandes para causar efectos adversos en la biota”.
El equipo de investigadores de Oceana a bordo del Latitude ha instalado, en dieciséis puntos del Golfo, centenares de sensores de medición vertical, desde la superficie hasta los dos mil metros, distribuidos cada 100 metros de profundidad. Tras cuatro días de intervalo para permitir a los sensores absorber los hidrocarburos disueltos, la tripulación del buque ha recuperado los sensores para proceder a su análisis químico. Los resultados permitirán determinar los niveles de contaminación por hidrocarburos tóxicos en la zona que ocupaba la plataforma de BP, y también en otras zonas del Golfo al suroeste.
Según Xavier Pastor, Director de Oceana para Europa y responsable de esta expedición, “la investigación llevada a cabo por el equipo dirigido por mis colegas Jeffrey Short y Susan Murray es uno de los proyectos más importantes y ambiciosos de los incluidos en la expedición de Oceana al Golfo de México. La campaña se inició a principios de agosto y se prolongará durante dos meses. Estas mediciones serán complementadas con las inmersiones en distintas zonas del Golfo por parte de buceadores de Oceana y el uso de dos robots submarinos de pueden alcanzar los 300 y los 700 metros respectivamente”.

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